Según cumplimos años, podremos experimentar ciertos cambios en nuestro cuerpo y uno de ellos puede ser notar que tenemos pequeños problemas auditivos.

Es sobre todo a partir aproximadamente de la edad de 50 años cuando ese deterioro de la capacidad de escucha se hace más latente y uno de los cambios más comunes es la pérdida auditiva. En numerosas ocasiones ocurre de manera gradual ya que es un proceso lento del que apenas nos vamos dando cuenta.

Como es algo que puede ocurrirnos a cualquiera, vamos a mencionar una serie de consejos que se pueden seguir para mejorar nuestra calidad auditiva e intentar paliar esas dificultades que podemos sentir a la hora de utilizar nuestro sentido del oído.

Realizar ejercicio diario
Cualquier movimiento o ejercicio diario que realicemos es beneficioso para nuestra salud en general, pero realizarlo también es ventajoso si nos centramos en el oído.

Las actividades físicas mejoran la circulación sanguínea en el oído interno, más específicamente en la cóclea, que es la parte del oído responsable de convertir las vibraciones del sonido en impulsos nerviosos.

Es necesario y recomendable que realicemos grandes movimientos musculares, tales como caminar, andar en bicicleta o nadar durante al menos de 20 a 30 minutos seguidos, 5 días a la semana.

El pilates y el yoga son dos tipos de ejercicios específicos que, aparte de sus múltiples beneficios para la salud, ayudan a mejorar la circulación sanguínea de los oídos. Algunas de sus posturas en concreto protegen la audición o alivian a los pacientes que sufren de tinnitus, ya que reduce sus síntomas.

Con su práctica se ve favorecida la eliminación de toxinas, se reduce el estrés y se mejora regularización de los patrones de sueño.

Los ejercicios con respiración profunda hacen que llegue mejor el oxígeno al oído y los estiramientos y la relajación muscular que realizamos son un aspecto positivo en nuestro corazón.

Relajarte
Sentarnos en una postura, quietos y dejar la mente en blanco nos relaja a la vez que ayuda a regular la presión sanguínea. Reduciremos el estrés mientras estamos descansando y nuestra salud cardiovascular mejorará y con ello aumentarán nuestros niveles de sensibilidad auditiva ya que existe un vínculo entre el sistema cardiovascular y la capacidad funcional de los órganos y tejidos de nuestro oído interno.

Entrenar tu cerebro
Nuestro cerebro ocupa un papel muy importante a la hora de procesar la información de sonido que recibimos a través de los oídos.

Realizar algunos ejercicios cerebrales para mantener en forma nuestro cerebro como son los acertijos, juegos con sonido, etc, nos ayuda ya que evitamos la atrofia de la sustancia gris en las áreas auditivas del cerebro.

Para ello podemos jugar o utilizar aplicaciones que, de forma saludable, pongan a prueba nuestra capacidad auditiva.
Los juegos estratégicos y los crucigramas proporcionan un gran entrenamiento mental. Prueba a utilizar cartas, juegos de mesa o juegos de palabras y números para realizar esa práctica de manera habitual.

Buscar la ubicación del sonido
Una manera muy sencilla de que probemos nosotros mismos la capacidad que tenemos de reconocer la procedencia de los sonidos es pararnos en cualquier sitio que queramos y tratar de captar los diversos sonidos o zumbidos que nos rodean en ese momento. Además de su ubicación, podemos intentar adivinar qué objeto los causa.

Simular conversaciones en lugares ruidosos
Otra actividad que podemos practicar en el momento que queramos es entrenar nuestra capacidad de escucha y para ello podremos encender en nuestra casa la televisión o la radio y mantener cualquier conversación. Deberemos poder filtrar el ruido de fondo mientras nos centramos en dicha conversación. Cuanto más practiquemos este ejercicio, más cómodos nos encontraremos cuando estemos en situaciones exteriores con mucho ruido.

Cuidar nuestra alimentación
Seguir una correcta alimentación e incorporar a nuestra dieta ciertos alimentos con propiedades beneficiosas nos ayuda, además de a tener una buena salud, a conseguir un funcionamiento normal del oído. Sería bueno que la dieta que siguiéramos fuera baja en grasa animal saturada y tuviera pocos carbohidratos refinados ya que los alimentos grasos pueden reducir el suministro de sangre a los oídos porque se acumular el colesterol.